Rule #1: Stick to plain black in cold weatherChicago lawyer Mallory Trent has always followed her mother's rules for being practical. But that won't attract attorney Carter Compton, the gorgeous package she'd love to unwrap this Christmas!Rule #2: When you travel, don't leave any dirty laundry behindWhen they're sent to Manhattan for a case, Mallory wishes she'd left all her sensible clothes behind. While Carter discusses legal briefs, she fantasizes about "debriefing" him – out of his boxers! So she calls ImageMakers, which promises "a new you."Rule #3: Never lose controlSporting a sexy red suit and a new attitude, Mallory corners the surprised lawyer under the mistletoe. His hard evidence proves that losing control may not be sensible, but when was sensible ever exciting?
Quiz? perder el control no fuera muy sensato, pero… ?cu?ndo ha sido divertido ser sensata?La abogada de Chicago Mallory Trent siempre hab?a seguido las normas de su madre para ser pr?ctica. Pero as? no iba a conseguir atraer a Carter Compton, el guap?simo fiscal que desear?a tener como regalo de Navidad.Entonces los enviaron a Manhattan para trabajar en un caso. Mientras ?l hablaba de trabajo ella fantaseaba con ?l. As? que decidi? llamar a una agencia en la que le prometieron darle un nuevo yo.Con aquel traje rojo y su nueva actitud, Mallory acorral? al sorprendido abogado bajo el mu?rdago…
Hope Summer estaba acostumbrada a que todo el mundo intentara encontrarle novio, especialmente en Navidad. Esa vez eran sus propias hermanas las que hab?an decidido buscarle pareja y hab?an elegido a un guap?simo adicto al trabajo que necesitaba una acompa?ante para sus m?ltiples compromisos… bueno, ella estaba en la misma situaci?n.El abogado Sam Sharkey necesitaba alguien a quien pudiera llevar a la fiesta de Navidad de su jefe y que despu?s no fuera a esperar ning?n tipo de compromiso. Hope era la persona ideal, adem?s era preciosa e inteligente. Aquello pod?a funcionar… muy, muy bien.Nadie sospech? que aquel apasionado romance no fuera real, especialmente cuando su amabilidad empez? a convertirse en deseo.