ESTABA TENDIDO en mi cama esa noche con una costilla rota y un tromb?n roto. La costilla sanar?a, pero no el tromb?n, seg?n decid?.A ambos los hab?a roto la noche anterior, bajando las escaleras, en camino a una reuni?n de aficionados: unos cuantos tipos a quienes hab?a conocido y a los que les gustaba juntarse una noche cada dos semanas para producir ruido. La punta del pie tropez? en una rotura de la alfombra de la escalera, agujero que no estaba all? antes, a unos cuantos pelda?os de la ...
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