Sor Fidelma se encuentra en Roma para presentar al Santo Padre la regla de su orden. Seg?n sus previsiones, la estancia en la Ciudad Eterna ser? breve, pero un suceso inesperado y de consecuencias imprevisibles va a trastocarlo todo: el arzobispo Wighard de Canterbury ha sido asesinado y robados los tesoros y reliquias de incalculable valor que hab?a tra?do consigo. A la joven monja y a su amigo Eadulf les encargan la resoluci?n de un caso en apariencia sencillo, pues las pruebas acusan claramente a un religioso irland?s que ya ha sido apresado. Sor Fidelma, sin embargo, se resiste a confirmar su culpabilidad: son muchos los cabos sueltos y demasiados los sospechosos envueltos en una trama en la que se mezclan horrendos cr?menes pasados, locos sue?os de grandeza y oscuras ambiciones de poder. Adem?s, un sentimiento que ella cre?a haber descartado la empuja a retrasar lo m?s posible el momento en que deber? separarse de Eadulf.
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