Ninguna ley impide que una famosa actriz, con mucho dinero y alg?n que otro remordimiento, quiera sentirse acompa?ada en su vejez, tras retirarse de la escena. Pero el sentido com?n debiera de impedir que, a cambio de no estar solo, una vieja rica reuniera en una solitaria mansi?n rural a un conjunto de parientes par?sitos dispuestos a quedarse en exclusiva con su herencia. Porque as? pasa lo que pasa: se empieza con envidias, rivalidades y rencores y se termina por encontrar cad?veres flotando en el estanque de la finca.
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